Hermanos todos en Cristo Misericordioso, Cristo Señor del Encino. Les saludo pidiendo al Señor todo bien en Su Divino Amor. Siempre me llama la atención que Nuestro Señor va y está donde quiere, cuando quiere y como Él quiere, y así lo ha mostrado en múltiples expresiones de presencias, bendito sea Jesucristo por ese gran amor salvador; ¡cuántas imágenes nos muestran su ayuda y compañía en todo el mundo! Nuestra diócesis ha sido bendecida con esta presencia y la presencia de otros Cristos y así mismo, con la presencia de nuestra patrona la Virgen de San Juan de los Lagos. Por eso le agradecemos infinitamente que haya querido estar y ayudar aquí en Ocotes de Moya; incluso la forma en que pacientemente quiso ser encontrado para quedarse a promover una vida mejor, la santidad y la salvación. ¿Por qué eligió a aquella persona? ¿por qué eligió aquel camino?, ¿por qué eligió aquel Encino? es su Voluntad y donde hace algo extraordinario quiere seguir dando buenas nuevas de amor, ayuda y salvación. Agradezco que Él haya inspirado a este siervo suyo que el Primer Rector: padre Fernando Varela Gamiño esté ahí. Para mi es una expresión más de Jesucristo, Señor del Encino, de que quiere hacer cosas nuevas, bendiciones nuevas. Gracias padre Fernando por su espiritualidad y fe, su sacerdocio que ha dado y seguirá dando grandes frutos, que muestre la obra que Jesús quiere seguir haciendo desde ahí. El que haya restaurado la dignidad de aquel lugar donde estaba el Encino nos renueva a todos en fe a Jesucristo y que es un lugar santo; el Encino ya fue elegido por Cristo y ya cumplió su misión: ahora es Jesucristo en su manifestación en la imagen del Señor del Encino que quiere que recordemos su plan al ir y estar ahí. Felicidades y bendiciones para todos los que se acerquen a Jesucristo en esa tierra elegida por Dios. Agradecido con Dios y con su primer Rector a todos les envío mi bendición para que el Señor Jesús del Encino les ayude siempre y estando con Él, consigan La salvación eterna.